Archivo de la categoría: 01.NOTICIAS

Proyectos, exposiciones y trabajos.
Orden cronológico.

El paisaje como narración contemporánea

La Exposición EL PAISAJE COMO NARRACIÓN CONTEMPORÁNEA. COLECCIÓN ALCOBENDAS es una nueva e importante exposición de la Colección Alcobendas que recala en esta ocasión en Cáceres, con motivo de la nueva edición de FOROSUR y que permitirá a los visitantes de la muestra recorrer y disfrutar de una visión especial del paisaje como escenario de narración, una mirada fragmentada de la naturaleza con la intención de generar conocimiento y cultura.

EduardoNave-Normandia LesRivages-1. 89,5X 119,5

Eduardo Nave

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Joan Fontcuberta

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José Ramón Bas

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Juan de Sande

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Pablo Pérez Mínguez

Algo tan universal como el paisaje genera innumerables coincidencias y esta ocasión no es diferente, el deterioro de la tierra, la búsqueda de la historia, la apropiación del hombre sobre la naturaleza o la simple intervención y conversión en territorio son algunas de las narraciones que encontramos en las obras seleccionadas de los autores más representativos del panorama español y que parte de su supremo trabajo se encuentra en la Colección Alcobendas. La selección de la muestra EL PAISAJE COMO NARRACIÓN CONTEMPORÁNEA. COLECCIÓN ALCOBENDAS se compone de un total de veinticuatro obras, estando representados los siguientes autores Ángel Marcos, Ana Teresa Ortega, Concha Prada, Joan Fontcuberta, Montse Soto, Pablo Pérez Mínguez, Almalé-Bondía, Bleda & Rosa, Carlós Cánovas, Eduardo Nave, Felix Curto, Gonzalo Puch, José Ramón Bas, Juan de Sande, Luis Vioque, Manolo Bautista, Mayte Vieta, Miguel Ángel Gaueca, Rosa Muñoz y Valentin Vallhonrat.

José María Díaz-Maroto
Conservador y Comisario de La Colección Alcobendas

Human: state of mind. Colección Alcobendas

«Human: state of mind». Colección Alcobendas
La exposición «Human: state of mind. Colección Alcobendas» compuesta por un total de ochenta y cinco imágenes correspondientes a cuarenta y siete autores españoles es una nueva y primordial muestra de la Colección Alcobendas que viaja, por primera vez a Bulgaria, más concretamente a su capital Sofía donde ha ocupado cinco salas de la Galeria Nacional permitiendo a los visitantes de la muestra recorrer una extensa parte de historia del reportaje fotográfico en España, siendo la presencia implícita del ser humano el hilo conductor de la muestra.
Los maestros neorrealistas de mediados del siglo XX como Francesc Català Roca, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Colita, Ramón Masats, Oriol Maspons, Paco Gómez, Ricard Terré y Virxilio Vieítez, hasta la visión más actual de Almalé/Bondía, Javier Arcenillas, Manolo Bautista, José Ramón Bas, Luis Baylon, Ricky Dávila, Javier Esteban, Joan Fontcuberta, Juan Manuel Díaz Burgos, Alberto García-Alix, Amparo Garrido, Pierre Gonnord, Gabriel Grech, Chema Madoz, Manuel Vilariño, Fernando Maquieira, Ángel Marcos, Ouka Leele, Marc Roses, Gervasio Sánchez, Marta Sentís, Manuel Sonseca, Rafael Trobat y Javier Vallhonrat completando, este salto generacional, con la aportación fundamental de los fotógrafos que desarrollaron su trabajo en los setenta, ochenta y noventa, como Cristina García Rodero, Toni Catany, Marisa Flórez, Fernando Herráez, Rafael Navarro, Humberto Rivas, Benito Román, Jorge Rueda, Ángel Sanz y José Manuel Navia.

Alberto García Alix 02

Alberto García Alix

Chema Madoz 02

Chema Madoz

Cristina García Rodero 02

Cristina García Rodero

Gervasio Sánchez 01

Gervasio Sánchez

Joan Colom 01

Joan Colom

Virxilio Vieitez 01

Virxilio Viéitez

Pero la contribución de La Colección en esta primera edición del festival FOTOFABRIKA no termina con la muestra expositiva sino que dos de los autores españoles de mayor calado internacional, ambos muy bien representados en la Colección Alcobendas, Cristina García Rodero y Chema Madoz impartirán sendos talleres durante el festival, contribuyendo de esta forma a la interrelación cultural de la fotografía como medio de expresión universal.
Para la realización de esta importante exposición de la Colección Alcobendas se ha contado con el patrocinio de la Embajada de España en Bulgaria, la Alcaldía de la Ciudad de Sofía haciendo posible con su contribución esta nueva itinerancia de Colección y cumplimiento -de nuevo- uno de sus objetivos fundacionales como es la su vocación viajara y de divulgación de la cultura visual de nuestro país. De igual forma, reconocer el inestimable trabajo de Ivo Milev (Director Public Engagement) de la Galería Nacional de Sofía y la profesionalidad demostrada en todo momento por Emmy Barouh y Phelia Barouh para llevar a buen puerto este ilusionante proyecto cultural.

José María Díaz-Maroto
Conservador y Comisario de la Colección Alcobendas

ÁNGEL MARCOS. Alrededor del sueño 4. Madrid

La exposición de Ángel Marcos inaugura la temporada 2014-2015 en la Sala Canal de Isabel II de Madrid con la exposición Alrededor del sueño 4. [Madrid], una selección de imágenes de estos tres primeros trabajos y obras de nueva producción realizadas específicamente en Madrid que ofrecen una visión general del proyecto y de la idea principal sobre la que se asienta, que no es otra que la desaparición de la ciudad como elemento determinante de la idea de progreso global. En las imágenes neoyorquinas que iniciaron este proyecto en 2001 destacan los eslóganes y las vallas publicitarias que se utilizan como símbolos de la idea de deseo en una sociedad en la que parece que todo es posible. Imágenes que muestran una realidad muy distinta. Los alrededores de una urbe donde permanecen inertes los restos de un proceso de modernización que ha dejado a su paso cúmulos de basura, abandono y muchos deseos incumplidos.
CF033382

Extracto del texto incluido en el catálogo de la exposición,

Texto: José María Díaz-Maroto
En los primeros días del año 2001 Jimmy Wales y Larry Sanger crean la Wikipedia , “la mayor enciclopedia libre que todos pueden utilizar”. Unos meses más tarde, la insurgencia talibana lleva a cabo la destrucción de los dos Budas de roca de Bamiyán (Afganistán), que habían permanecido intactos desde hacía más de 1.500 años. El 6 de junio del mismo año un jurado de Los Ángeles (California) condena a la empresa Philip Morris a pagar tres mil millones de dólares a un fumador de 56 años de edad con cáncer de pulmón irreversible. El 11 de septiembre se producen los atentados del World Trade Center (Nueva York) y el Pentágono (Virginia) , que provocarán la invasión de Afganistán, por parte de Estados Unidos y sus aliados, el 7 de octubre con la operación “Libertad duradera” .
Todo ello compone un mapa virtual desordenado, desconcertante y turbador, plano en el que Ángel Marcos acomete, sin saberlo, el más importante de sus proyectos vitales Alrededor del sueño. El escenario no puede cambiarse, se juega con las cartas que hay, los acontecimientos aparecen y se sobreponen sin control, pero nuestra actitud y actuación ante la realidad nos pertenece. La educación recibida, las vivencias pasadas, la fascinación por la magia de la fotografía en su fidedigna expresión y la intención de mostrar al unísono el dolor y el afecto han sido, y siguen siendo, fuentes de inspiración perenne en el trabajo de Ángel Marcos.
Al igual que en series previas, como Los Bienaventurados, Obras póstumas o La chute, en Alrededor del sueño también surge un espacio donde se acomete el estado del ser humano, la marginación, el deseo, la frustración o el anhelo , con la diferencia de que en esta ocasión Ángel Marcos abandona los paisajes de Castilla por la ciudad, por el espacio urbano vivido por sus ciudadanos, y como punto de partida toma Nueva York.
Pero si de hablar de ciudad se trata, llegados a este punto es imposible concretar porque al decir ciudad se generan en nuestra mente un sinnúmero de imágenes e ideas distintas que hacen imposible verla como un simple territorio que alberga ciudadanos y, por tanto, es necesario tener en cuenta razonamientos socio-culturales, económicos, políticos o culturales.
Existen múltiples y acertadas afirmaciones sobre las cualidades de la ciudad: Le Corbusier dice que “la gran ciudad se convierte en un centro de atracción que recoge y devuelve los efectos espirituales nacidos de tan intensa concentración. Las grandes ciudades son en realidad, puestos de mando” . Max Derruau apunta que “la ciudad es una aglomeración importante, organizada para la vida colectiva… y en la que una parte notable de la población vive de actividades no agrícolas” , y R. Abler, J. S. Adams y P. Gould afirman que “una ciudad es una organización espacial de personas y actividades especializadas, diseñadas para maximizar los intercambios; a nivel local, la ciudad es el mejor medio de interrelacionar actividades sociales y económicas para máximo beneficio de todas ellas…”.
Pero todas estas definiciones enfocan la ciudad desde un punto de vista económico, político o social, y dejan de lado aspectos más específicos, como el cultural, estético o artístico, algo que el sociólogo Lewis Mumford sí pone de manifiesto cuando dice: “El espacio, lo mismo que el tiempo, se reorganiza artísticamente en las ciudades, en las líneas periféricas y en las siluetas de los edificios. […] Junto con el idioma, es la obra de arte más grande del hombre” .
Ángel Marcos percibe estos aspectos artísticos y los busca para llevar a cabo este proyecto. Aunque sigue siendo ciudad, se aparta de la ciudad: el extrarradio se convierte en su lienzo, las riveras, las construcciones industriales y el abandono son el alimento de sus creaciones. Como suele ser habitual en trabajos anteriores, dispone su destreza y desenvoltura en las referencia filmográficas presentando la obra final como un espléndido montaje cinematográfico. Escenas callejeras, incógnitos transeúntes, la invasión publicitaria en las calles y el sueño americano componen el mensaje de una de las obras más representativas del primer capítulo del largo periplo de Alrededor del sueño y que representa una parte primordial en la cimentación de esta exposición.
Soledad, abandono, desolación y belleza aparecen de forma incesante en las obras de Ángel Marcos, produciendo en el ánimo del observador una sensación de padecimiento, una molestia extraña porque no provoca una afección precisa, sino simplemente nos trastorna el ánimo. Es una sensación similar a la que el propio autor sintió al llegar a Nueva York, y que relata de la siguiente manera: “Al llegar a Manhattan siento la fascinación de lo soñado, de esas otras luces que me hacen pensar que esa era mi ciudad. Sentía, desde hacía tiempo, el desafío de ir a Nueva York y allí dedicarme exclusivamente a mi obra. De una forma inconsciente, me di cuenta de que siempre estaba girando en este concepto de no lugar urbano, me daba cuenta de que siempre había lugares de prohibición o una valla, aunque fuera decorativa; el paso estaba prohibido, de alguna forma te exigían peaje, tenías que mostrar tu identidad” . El conjunto del trabajo que realiza Ángel Marcos en esta ciudad está compuesto por numerosas piezas de diferentes medidas, acabados y materiales, e incluye un vídeo titulado Nueva York, donde encontramos una radicalización en el imaginario de lo periférico, y que lleva a su creador a una visión de la ciudad babélica como un skyline escatológico .
En Cuba titula Ángel Marcos el segundo episodio. En la gran isla, la mayor del Caribe, no hay que escudriñar para encontrar el germen argumental y existencial de este capítulo de Alrededor del sueño. De nuevo la desolación, el abandono y la evocación de una olvidada belleza lo impregnan todo, las ciudades del país se desmoronan, y de forma muy especial La Habana, y es ahí donde Ángel Marcos descubre un yacimiento inagotable para expresar su edén. Lentamente, sin oposición, La Habana puede desaparecer, pero sin desaparecer, se deshace, se desmorona pero continua en pie, sigue, ajena al desaliento, aislada, como algo exclusivo, generando algo irrepetible e inconfundible. Como dice un dicho cubano que se implantó en 1985 y que más tarde se reutilizó en 1991 con la llegada del denominado periodo especial “La Habana no aguanta más” ; cincuenta y cinco años de socialismo la contemplan. Pero Ángel Marcos con modos y fórmulas notariales, hace diez años que se lo cuenta al mundo.
En 1933 el periodista americano Carlton Beals encarga a Walker Evans ilustrar el libro The Crime of Cuba, y sin contemplaciones, pero manteniendo ……..

Nota: Puede solicitarse el texto completo en diazmaroto@telefonica.net

Mi foto favorita…

Durante todo el mes de agosto de 2014 el Confidencial.com ha publicado cada día «La foto favorita» de 31 fotógrafos españoles. Sin faltar a la cita Peio H. Riaño ha descrito con claridad y buen hacer cada uno de las fotografías seleccionadas. La imagen que yo seleccioné corresponde a una fotografía realizada en Llanes estando con el maestro Nicolás Muller en uno de los Hoteles con más encanto que he conocido «La Posada de Babel», situado en la localidad de La Pereda.
Dos-Barbies-y-una-Chavel.-llanes,-Asturias,-1994

Se publicó el domingo 24 y este es le texto:

La fotografía que interesa a José María Díaz-Maroto es la de situaciones cercanas, que retraten la vida a pleno pulmón, sin ocultar las briznas de tristeza, esperanza y humanidad. la foto que ha elegido está hecha en Llanes, en una visita a la ciudad asturiana acompañado del grandísimo Nicoles Muller. Se encontró con la escena que terminó por convertirse en un retrato. «Si hay algo que me interesa es el ser humano», explica el fotógrafo. El ser humano y sus hebras de vida siempre cerca, lo más próximo, lo más directo, porque quiere formar parte de ellas, del momento en el que se le presentan y del instante que perdurará.
Habla de la fotografía como de una puerta a los demás, de entrar para preguntar quien hay ahí. Y hacerlo a la manera clásica, es decir, sencilla y bajo los insobornables parámetros de la honestidad.
Peio H. Riaño

Ángel Marcos. Alrededor del sueño 4. Madrid

El próximo 9 de septiembre Ángel Marcos expone en la Sala Canal de Isabel II una importante exposición. Madrid se convierte en el cuarto capítulo de su proyecto más ambicioso. Antes fueron Nueva York, Cuba y China, ahora la ciudad de Madrid es protagonista de sus pasiones.

Un mes antes

Desmontando a Eros

Título de la exposición organizada por la Escuela TAI dentro del Festival PhotoEspaña 2013. Los trabajos corresponden a alumnos de 2º grado de la escuela.

A lo largo de la historia del arte la reinterpretación ha sido y es un estilo propio de trabajo constituyendo un ejercicio de destreza, fábula y aguda imaginación. En los últimos años y en todas las facetas creativas, encontramos artistas que trabajan sistemáticamente en el territorio de la reconstrucción de una narración artística que vuelve a renacer. En este caso con la exposición «desmontando a Eros» pretendemos recrear historias cimentadas en Eros, repletas de mitos, leyendas y fisionomías eróticas a los ojos de los humanos. Algunas obras inspiradas en eros se han convertido en fuentes inagotables de referencias para las nuevas generaciones de creadores, siendo la fotografía el lenguaje creativo más dinámico, descarado e integro para su reinterpretación artística.
La fotografía se ha alimentado de la iconografía pictórica desde sus inicios, incidiendo en las estilos clásicos y apropiándose sin descanso de obras inmortales, Joel-Peter Witkin, Marcos López, Pierre et Gilles, Clark et Pougnaud o Yasumasa Marimura son el mejor ejemplo de la reinterpretación artística actual, pero esto no es nada nuevo cuando ya la fotografía estaba considerada como una de las artes visuales los autores que la utilizaban retomaron el empeño de sus predecesores lanzando gestos de complicidad a las grandes obras de la pintura universal, partiendo de ellas como motivo de inspiración para la realización de su propio trabajo. De esta manera, pintores como Picasso, Manolo Valdés, o Saura interpretan a Velázquez, lo hacen sin despeinarse y sin pensar en ningún momento que los resultados careciesen de valor o de originalidad.
«Desmontando a Eros» es una reflexión sobre la utilización del cuerpo como medio de comunicación artístico, donde expresiones universales pictóricas, escultóricas, fotográficas, literarias, teatrales o cinéfilas serán reinterpretas fotográficamente.

José María Díaz-Maroto
Comisario

MADRID. EXT / DÍA.

invitacion_PHE-TAI

Exposición dentro de la programación oficial de PhotoEspaña 2014.
Madrid. Ext/Día presenta una colección de trabajos fotográficos motivados por obras de
la cinematografía española en las que la ciudad de Madrid es una inspiración, referente y
pieza clave. Una muestra que descubre desde el objetivo del colectivo TAI FOTO una
visión propia a partir géneros, estilos, historias y directores que han unido para siempre
durante décadas el cine a la fisonomía y la esencia de la ciudad.
Una exposición que, desde la fotografía, rinde homenaje a la historia del cine de nuestro
país y a su capital en el año del 40 aniversario de la Escuela TAI, surgida en la década de
los setenta para formar a las nuevas generaciones de cineastas en el entorno de una
ciudad irrepetible como Madrid.
Comisarios:
José María Díaz-Maroto
Olga López Hidalgo
Diego Rebollo

El viaje. Sendero vital.

Un sendero vital
La exposición que se presenta en la galería madrileña Jorge Alcolea, es una recopilación abreviada de proyectos fotográficos, realizados a través de 30 años, por un grupo de fotógrafos afincados en Madrid. Hasta aquí nada fuera de una actividad fotográfica al uso, si no fuera por una característica singular que une todos los proyectos y a sus autores. Nos estamos refiriendo a la forma de realizar dichos proyectos que desde su elaboración teórica hasta su puesta en escena en forma de exposición, ediciones especiales y publicación de libros, siempre han sido llevadas a cabo de forma conjunta por los creadores. Hay que destacar el espíritu viajero como denominador común y su realización material: en todos los casos los viajes se realizaron en grupo, compartiendo las vivencias propias del trayecto, los espacios geográficos de trabajo y la posterior edición gráfica de las imágenes obtenidas. Esta particularidad contrasta con el proceder habitual de la solitaria práctica fotográfica.

004 Nazaré. Portugal 1992

Díaz-Maroto

007 Bar de Lavapies. Madrid 2002

Díaz-Maroto

008Puerta del Sol. 2002

Díaz-Maroto

Torreira, Portugal, 1.992

Ángel Sanz

EvaristoSAHARA2

Evaristo Delgado

©2001 M.Sonseca. SAHARA 01

Manuel Sonseca

003 Reconstrucción del Chiado. Lisboa 1993

Díaz-Maroto

006 Niños en la ventana. Campamento Saharaui. Tinduf

Díaz-Maroto

Julio Álvarez-Yagüe, José Mª Díaz-Maroto, Evaristo Delgado, Ángel Sanz y Manuel Sonseca, forman este grupo singular nacido en el seno de la Real Sociedad Fotográfica que posteriormente evolucionó, junto a otros fotógrafos de la época, para formar el Colectivo 28 de Madrid. Tras la disolución del Colectivo años más tarde, los arriba citados, al margen de su actividad fotográfica personal, continuaron elaborando y compartiendo misiones fotográficas: “Nacional II” en 1983; “Viaje a Poniente”, 1992; “Saharauis, sólo el desierto”, 2001; “Viaje a Madrid”, 2003; “Guadalajara, Paisaje y Territorio”, 2007; “Leve, Breve, África”, 2012.
Esperamos que esta muestra sirva como reconocimiento a una labor de treinta años de recorrido a lo largo de la historia reciente de la fotografía en nuestro país, y también, acaso lo más sobresaliente, como afirmación de la amistad en el sentido de amalgama indispensable para abordar con éxito este sendero vital. Manuel Sonseca. Enero de 2014

RAFAEL SANZ LOBATO. PASIÓN Y OFICIO POR LA FOTOGRAFÍA.

Texto incluido en el catálogo editado con motivo de la exposición RAFAEL SANZ LOBATO. PASIÓN Y OFICIO POR LA FOTOGRAFÍA.
Comisario: José María Díaz-Maroto

Una joven en primer plano con la mirada perdida precede a una interminable procesión de ancianas enlutadas a cielo abierto … Esta imagen que vi por primera vez en 1979, en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, me produce inalterablemente cada vez que la observo sensaciones de tristeza, aflicción, belleza, pero sobre todo lo que más siento es asombro y fascinación por su autor; de la misma manera podría enumerar la fotografía del conjunto de las tres cruces de piedra, un crucifijo y los once cofrades ataviados con la mortaja el día de Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro de Bercianos de Aliste o el retrato del niño con cara de hombre, entumecido, salvo el palillo que rebota sobre el tambor en el Ladrillar, localidad de las Hurdes y seguiría con muchas más… la conclusión es que Rafael Sanz Lobato confiere a su obra la esencia pura del documentalismo, siendo sin duda uno de los maestros españoles del siglo XX en esta doctrina.

Sin embargo no quisiera catalogar a Sanz Lobato como un místico seguidor de las tradiciones o como un profeta de valores costumbristas, a lo largo de su dilatada carrera, y siempre fiel a su estilo, a desgranado diferentes facetas creativas agrupadas en tres géneros como son el documentalismo social, el retrato y, más recientemente, el bodegón, y a pesar de lo discordante que puede parecer en una primera valoración frívola, ha permanecido y permanece fiel a sí mismo y a su manera de entender la fotografía, buscando enérgicamente una venerable confirmación de solemnidad fotográfica.

Bodegón.

Bodegón.

Bodegón.

Interpreta como nadie la inmensidad de tonalidades del blanco y negro, con connotaciones de un estilo dinámico, apreciable de forma muy especial en las imágenes de personajes rurales, fiestas patronales, religiosas o escenas cotidianas como las tomadas en Atienza, Villanueva de la Vera, Ayllón, Miranda del Castañar, Pastrana, Las Hurdes, San Juan (Soria) o en la madrileña Verbena de San Antonio.

Es frecuente escuchar a Rafael Sanz Lobato definirse a sí mismo y a su oficio de fotógrafo con ironía y autocrítica pero al mismo tiempo con mucha responsabilidad, enunciando frases rotundas llenas de pasión, oficio y buen hacer como las siguientes:

“Fotografiar es fácil; saber mirar y ver es algo más difícil »

«… mi verdadero premio han sido esos casi veinte años de documentalista de fin de semana con alegrías inmensas, un disfrute maravilloso, aunque también había momentos de cansancio y de cabreo cuando cometías un error o se te escapaba una foto. Y ese ha sido mi verdadero premio, no estas cosas que han venido a destiempo y ya no esperadas»

«Hay gente que se quiere mucho a sí misma y se tienen en un gran concepto, esa gente posa divinamente, los narcisos posan divinamente»

«Yo, si tuviera vista estaría haciendo ahora las mejores copias de mi vida, y según dicen mis amigos lo estoy haciendo»

«Alguien te pregunta, ¿y esa foto como la hiciste?, y contestas «Y yo que sé», primero porque estaba por allí y segundo que de pronto se presentó la oportunidad, reaccione en una fracción de segundo y apreté el dedo en un momento decisivo»

«Al montar una exposición hay fotos icónicas, las más importantes, que son muy pocas, luego están las dignas acompañantes y finalmente las de tercera línea que no debería ir ninguna, solo las fotografías de cierta importancia»

En esta exposición, compuesta por una selección de sesenta imágenes se reproduce la trayectoria creativa de más de cuarenta años de trabajo y se encuentran representadas todas las etapas de la obra de Sanz Lobato, pero por primera vez, y después de más de una reflexión profunda, se mostrará una selección de sus trabajos profesionales, placas, diapositivas, publicaciones, su fotómetro y su preciada Nikon F, cámara con la que realizó la inmensa mayoría de las fotografías expuestas.

Pasión y oficio por la fotografía.

La exposición Pasión y oficio por la fotografía define en dos palabras la vida y obra de Rafael Sanz Lobato. Una pasión que surgió de niño en Sevilla, donde nació y vivió hasta que a los nueve años sus padres decidieron trasladar su residencia a Madrid. En la ciudad andaluza se pasaba horas contemplando los rostros y paisajes de antiguas fotografías familiares, pero fue en Madrid, unos años después, cuando deseó tener, más pronto que tarde, una cámara de fotos para capturar las escenas que veía en sus paseos a hacer recados, a la gente de la calle, niños desarrapados o gente vestida de forma estrafalaria, imágenes que se fijaban en su memoria y que le hacían expresar de forma insistente la frase «si yo tuviera una cámara…». Aún así, por mucho que suplicaba a su madre, su deseo no se cumplió hasta los veintidós años, momento en el que se compró una Braun Paxette alemana con un objetivo fijo de 50 mm por 1.250 pesetas de la época, un dinero que consiguió ahorrando todos los meses, desde que comenzó a trabajar, destinando una cantidad fija mensual para poder alcanzar lo antes posible su propósito: su primera cámara fotográfica.

Pasión que no ha desaparecido con el paso del tiempo, y que pudo desarrollar con mayor libertad cuando se compró su primer SEAT 600, allá por el año mil novecientos sesenta y dos, lo que le permitía salir de Madrid a recorrer los pueblos de España, desde Galicia a Almería, de Extremadura a Castilla, cualquier sitio servía para llevar a cabo lo que él mismo denominaba “documentalismo de fin semana”. En estos pueblos encontraba gente amable, que no se enfadaba porque le hicieran una fotografía, al contrario, generalmente contaba con su complicidad, aunque esto no era trascendente. Eran lugares donde pasaban cosas continuamente, una mina para su trabajo antropológico.

Precursor del documentalismo, ha sabido reflejar como nadie el carácter y la diversidad cultural de nuestro país, con trabajos tan reconocidos como A Rapa das Bestas (Pontevedra, 1970-1975), Bercianos de Aliste (Zamora, 1971), la Caballada de Atienza (Guadalajara, 1970) o Auto Sacramental de Camuñas (Toledo, 1969-1970), reportajes recogidos por otros fotógrafos como Cristóbal Hara o Cristina García Rodero, al que consideran su maestro.

En el año 1962 toma una decisión que marca toda su carrera, se convierte en miembro de la Real Sociedad Fotográfica (RSF) de Madrid donde permanece como socio solamente diez años, pero este tiempo queda grabado por numerosos acontecimientos todos ellos de interés, junto a Carlos Miguel Martínez, Donato de Blas, Nieto Canedo, Serapio Carreño, Mordi, Landa, Carlos H. Corcho Botella, José Blanco Pernía y Sigfrido de Guzmán, crea el grupo La Colmena generando una ficticia oposición a otro grupo histórico denominado La Palangana (formado por Francisco Ontañón, Rubio Camín, Leonardo Cantero, Francisco Gómez, Gabriel Cualladó, Ramón Masats, Juan Dolcet, Fernando Gordillo y Gerardo Vielba) y que nace tambien en el seno de la RSF. La creación de grupos era algo muy habitual en las agrupaciones fotográficas, donde la afinidad y los intereses comunes producían un caldo de cultivo idóneo para su nacimiento. Trabajos en común, tertulias y exposiciones colectivas componían las actividades más habituales de La Colmena, pero con el paso del tiempo las acciones fueron decayendo y el grupo acabo desapareciendo. Pero la RSF no solamente era un lugar de reunión, la biblioteca era el lugar preferido y más visitado por Sanz Lobato, el poder estar al día de las novedades bibliográficas compensaba las desavenencias con el eterno presidente Gerardo Vielba, y sus estancias en la biblioteca generarán un amor por los libros que con el paso del tiempo le harán convertirse en uno de los más importantes coleccionista de libros de fotografía del país.

Pasa un tiempo y vuelve a crear un nuevo grupo pero en esta ocasión menos numeroso y con autores ya consolidados en el panorama asociativo español, junto a Francisco Vila Massip, Alfredo Sanchís Soler, J.A. Sáez López y Carlos H. Corcho forma el Grupo 5. Las diferencias con La Colmena son indiscutibles, existe una unión común en relación a los concursos y el movimiento salonista, una intención de pensamiento sólida y además el residir en diferentes provincias otorga al grupo fundamento y cordura.

En el año 1983, después de llevar varios años dedicándose de manera profesional a la fotografía, haciendo varias campañas publicitarias, se da cuenta que de ha dejado de lado la parte creativa personal y decide recuperarla. En esta decisión tendrá bastante influencia su amigo Jessi Fernández, que le insta a trabajar en su estudio, para poder compaginar la faceta profesional y la creativa, y así surge la idea de los retratos y posteriormente los bodegones, aunque de manera eventual seguía haciendo alguna fotografía fuera, como la del niño del tambor de Las Hurdes, del año 1985.

Retratos a diferentes personalidades del arte, algunos amigos y otros a los que no conocía pero que se ofrecían a ir a su estudio, captados sin artificios ni elementos que interfieran, simplemente un fondo y una luz que parece que nos muestra su aura. Los bodegones, como el propio Rafael plantea, es un trabajo de madurez, que empieza a fraguarse en su cabeza después de visitar una exposición del pintor Morandi en Milán y que inicia en los años ochenta, aunque no con muy buena fortuna. Composiciones realizadas con objetos cotidianos, elaboradas con una técnica depura y con un dominio de la luz impecable, que como dice el propio autor «Necesitan mucha exposición y un revelado muy corto. ¿Tiempo? Uno te puede llevar un mes».

Y oficio, porque su dedicación, desde sus inicios hasta hoy ha sido plena, y en todos los ámbitos. Al poco tiempo de empezar, y en la misma tienda donde se compró su primera cámara, preguntó al encargado que hacía falta para revelar, y así, sin más, aprendió a revelar el solo, autodidacta, investigando y elaborando sus propios métodos de trabajo, algo que ha continuado haciendo hasta que el deterioro visual se lo ha permitido. La fama de maestro en el cuarto oscuro le ha precedido desde siempre, y nunca ha intentado guardar estos conocimientos para sí mismo, al contrario, no tiene ningún inconveniente en trasmitirlos, llegando incluso a indicar en algunas de las tiendas de fotografía más reconocidas de Madrid, que podían facilitar su contacto si algún fotógrafo aparecía desesperado con problemas técnicos a la hora de tratar las imágenes. En palabras del propio Sanz Lobato “incluso perdiendo la vista hago mejores copias que hace quince años, porque es una cuestión de oficio”.

Un defensor férreo del blanco y negro, con el que obtiene una gama cromática especial y la tonalidad más extraordinaria que ha dado la fotografía, algo que podremos comprobar personalmente en las imágenes que componen esta muestra en la que repasamos la trayectoria de los trabajos documentales, bodegones y retratos de Rafael Sanz Lobato donde su fidelidad y respeto a sus principios le hicieron merecedor hace poco más de dos años del Premio Nacional de Fotografía.

José María Díaz-Maroto
Conservador y Comisario de la Colección Alcobendas

Exposición de Rafael Sanz Lobato en el Centro de Arte Alcobendas

El pasado jueves día 8 de mayo a las 19:30 h. se inauguró en el Centro de Arte Alcobendas, la exposición «Rafael Sanz Lobato. Pasión y oficio por la fotografía».
RAFAEL SANZ LOBATO. PASIÓN Y OFICIO POR LA FOTOGRAFÍA.

Una joven en primer plano con la mirada perdida precede a una interminable procesión de ancianas enlutadas a cielo abierto … Esta imagen que vi por primera vez en 1979, en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, me produce inalterablemente cada vez que la observo sensaciones de tristeza, aflicción, belleza, pero sobre todo lo que más siento es asombro y fascinación por su autor; de la misma manera podría enumerar la fotografía del conjunto de las tres cruces de piedra, un crucifijo y los once cofrades ataviados con la mortaja el día de Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro de Bercianos de Aliste o el retrato del niño con cara de hombre, entumecido, salvo el palillo que rebota sobre el tambor en el Ladrillar, localidad de las Hurdes y seguiría con muchas más… la conclusión es que Rafael Sanz Lobato confiere a su obra la esencia pura del documentalismo, siendo sin duda uno de los maestros españoles del siglo XX en esta doctrina.

Bercianos de Aliste

Bercianos de Aliste

Sin embargo no quisiera catalogar a Sanz Lobato como un místico seguidor de las tradiciones o como un profeta de valores costumbristas, a lo largo de su dilatada carrera, y siempre fiel a su estilo, a desgranado diferentes facetas creativas agrupadas en tres géneros como son el documentalismo social, el retrato y, más recientemente, el bodegón, y a pesar de lo discordante que puede parecer en una primera valoración frívola, ha permanecido y permanece fiel a sí mismo y a su manera de entender la fotografía, buscando enérgicamente una venerable confirmación de solemnidad fotográfica.

Interpreta como nadie la inmensidad de tonalidades del blanco y negro, con connotaciones de un estilo dinámico, apreciable de forma muy especial en las imágenes de personajes rurales, fiestas patronales, religiosas o escenas cotidianas como las tomadas en Atienza, Villanueva de la Vera, Ayllón, Miranda del Castañar, Pastrana, Las Hurdes, San Juan (Soria) o en la madrileña Verbena de San Antonio.

Es frecuente escuchar a Rafael Sanz Lobato definirse a sí mismo y a su oficio de fotógrafo con ironía y autocrítica pero al mismo tiempo con mucha responsabilidad, enunciando frases rotundas llenas de pasión, oficio y buen hacer como las siguientes:

“Fotografiar es fácil; saber mirar y ver es algo más difícil »

«… mi verdadero premio han sido esos casi veinte años de documentalista de fin de semana con alegrías inmensas, un disfrute maravilloso, aunque también había momentos de cansancio y de cabreo cuando cometías un error o se te escapaba una foto. Y ese ha sido mi verdadero premio, no estas cosas que han venido a destiempo y ya no esperadas»

«Hay gente que se quiere mucho a sí misma y se tienen en un gran concepto, esa gente posa divinamente, los narcisos posan divinamente»

«Yo, si tuviera vista estaría haciendo ahora las mejores copias de mi vida, y según dicen mis amigos lo estoy haciendo»

«Alguien te pregunta, ¿y esa foto como la hiciste?, y contestas «Y yo que sé», primero porque estaba por allí y segundo que de pronto se presentó la oportunidad, reaccione en una fracción de segundo y apreté el dedo en un momento decisivo»

«Al montar una exposición hay fotos icónicas, las más importantes, que son muy pocas, luego están las dignas acompañantes y finalmente las de tercera línea que no debería ir ninguna, solo las fotografías de cierta importancia»

En esta exposición, compuesta por una selección de sesenta imágenes se reproduce la trayectoria creativa de más de cuarenta años de trabajo y se encuentran representadas todas las etapas de la obra de Sanz Lobato, pero por primera vez, y después de más de una reflexión profunda, se mostrará una selección de sus trabajos profesionales, placas, diapositivas, publicaciones, su fotómetro y su preciada Nikon F, cámara con la que realizó la inmensa mayoría de las fotografías expuestas.

Pasión y oficio por la fotografía.

La exposición Pasión y oficio por la fotografía define en dos palabras la vida y obra de Rafael Sanz Lobato. Una pasión que surgió de niño en Sevilla, donde nació y vivió hasta que a los nueve años sus padres decidieron trasladar su residencia a Madrid. En la ciudad andaluza se pasaba horas contemplando los rostros y paisajes de antiguas fotografías familiares, pero fue en Madrid, unos años después, cuando deseó tener, más pronto que tarde, una cámara de fotos para capturar las escenas que veía en sus paseos a hacer recados, a la gente de la calle, niños desarrapados o gente vestida de forma estrafalaria, imágenes que se fijaban en su memoria y que le hacían expresar de forma insistente la frase «si yo tuviera una cámara…». Aún así, por mucho que suplicaba a su madre, su deseo no se cumplió hasta los veintidós años, momento en el que se compró una Braun Paxette alemana con un objetivo fijo de 50 mm por 1.250 pesetas de la época, un dinero que consiguió ahorrando todos los meses, desde que comenzó a trabajar, destinando una cantidad fija mensual para poder alcanzar lo antes posible su propósito: su primera cámara fotográfica.

Pasión que no ha desaparecido con el paso del tiempo, y que pudo desarrollar con mayor libertad cuando se compró su primer SEAT 600, allá por el año mil novecientos sesenta y dos, lo que le permitía salir de Madrid a recorrer los pueblos de España, desde Galicia a Almería, de Extremadura a Castilla, cualquier sitio servía para llevar a cabo lo que él mismo denominaba “documentalismo de fin semana”. En estos pueblos encontraba gente amable, que no se enfadaba porque le hicieran una fotografía, al contrario, generalmente contaba con su complicidad, aunque esto no era trascendente. Eran lugares donde pasaban cosas continuamente, una mina para su trabajo antropológico.

Precursor del documentalismo, ha sabido reflejar como nadie el carácter y la diversidad cultural de nuestro país, con trabajos tan reconocidos como A Rapa das Bestas (Pontevedra, 1970-1975), Bercianos de Aliste (Zamora, 1971), la Caballada de Atienza (Guadalajara, 1970) o Auto Sacramental de Camuñas (Toledo, 1969-1970), reportajes recogidos por otros fotógrafos como Cristóbal Hara o Cristina García Rodero, al que consideran su maestro.

En el año 1962 toma una decisión que marca toda su carrera, se convierte en miembro de la Real Sociedad Fotográfica (RSF) de Madrid donde permanece como socio solamente diez años, pero este tiempo queda grabado por numerosos acontecimientos todos ellos de interés, junto a Carlos Miguel Martínez, Donato de Blas, Nieto Canedo, Serapio Carreño, Mordi, Landa, Carlos H. Corcho Botella, José Blanco Pernía y Sigfrido de Guzmán, crea el grupo La Colmena generando una ficticia oposición a otro grupo histórico denominado La Palangana (formado por Francisco Ontañón, Rubio Camín, Leonardo Cantero, Francisco Gómez, Gabriel Cualladó, Ramón Masats, Juan Dolcet, Fernando Gordillo y Gerardo Vielba) y que nace tambien en el seno de la RSF. La creación de grupos era algo muy habitual en las agrupaciones fotográficas, donde la afinidad y los intereses comunes producían un caldo de cultivo idóneo para su nacimiento. Trabajos en común, tertulias y exposiciones colectivas componían las actividades más habituales de La Colmena, pero con el paso del tiempo las acciones fueron decayendo y el grupo acabo desapareciendo. Pero la RSF no solamente era un lugar de reunión, la biblioteca era el lugar preferido y más visitado por Sanz Lobato, el poder estar al día de las novedades bibliográficas compensaba las desavenencias con el eterno presidente Gerardo Vielba, y sus estancias en la biblioteca generarán un amor por los libros que con el paso del tiempo le harán convertirse en uno de los más importantes coleccionista de libros de fotografía del país.

Pasa un tiempo y vuelve a crear un nuevo grupo pero en esta ocasión menos numeroso y con autores ya consolidados en el panorama asociativo español, junto a Francisco Vila Massip, Alfredo Sanchís Soler, J.A. Sáez López y Carlos H. Corcho forma el Grupo 5. Las diferencias con La Colmena son indiscutibles, existe una unión común en relación a los concursos y el movimiento salonista, una intención de pensamiento sólida y además el residir en diferentes provincias otorga al grupo fundamento y cordura.

En el año 1983, después de llevar varios años dedicándose de manera profesional a la fotografía, haciendo varias campañas publicitarias, se da cuenta que de ha dejado de lado la parte creativa personal y decide recuperarla. En esta decisión tendrá bastante influencia su amigo Jessi Fernández, que le insta a trabajar en su estudio, para poder compaginar la faceta profesional y la creativa, y así surge la idea de los retratos y posteriormente los bodegones, aunque de manera eventual seguía haciendo alguna fotografía fuera, como la del niño del tambor de Las Hurdes, del año 1985.

Retratos a diferentes personalidades del arte, algunos amigos y otros a los que no conocía pero que se ofrecían a ir a su estudio, captados sin artificios ni elementos que interfieran, simplemente un fondo y una luz que parece que nos muestra su aura. Los bodegones, como el propio Rafael plantea, es un trabajo de madurez, que empieza a fraguarse en su cabeza después de visitar una exposición del pintor Morandi en Milán y que inicia en los años ochenta, aunque no con muy buena fortuna. Composiciones realizadas con objetos cotidianos, elaboradas con una técnica depura y con un dominio de la luz impecable, que como dice el propio autor «Necesitan mucha exposición y un revelado muy corto. ¿Tiempo? Uno te puede llevar un mes».

Y oficio, porque su dedicación, desde sus inicios hasta hoy ha sido plena, y en todos los ámbitos. Al poco tiempo de empezar, y en la misma tienda donde se compró su primera cámara, preguntó al encargado que hacía falta para revelar, y así, sin más, aprendió a revelar el solo, autodidacta, investigando y elaborando sus propios métodos de trabajo, algo que ha continuado haciendo hasta que el deterioro visual se lo ha permitido. La fama de maestro en el cuarto oscuro le ha precedido desde siempre, y nunca ha intentado guardar estos conocimientos para sí mismo, al contrario, no tiene ningún inconveniente en trasmitirlos, llegando incluso a indicar en algunas de las tiendas de fotografía más reconocidas de Madrid, que podían facilitar su contacto si algún fotógrafo aparecía desesperado con problemas técnicos a la hora de tratar las imágenes. En palabras del propio Sanz Lobato “incluso perdiendo la vista hago mejores copias que hace quince años, porque es una cuestión de oficio”.

Un defensor férreo del blanco y negro, con el que obtiene una gama cromática especial y la tonalidad más extraordinaria que ha dado la fotografía, algo que podremos comprobar personalmente en las imágenes que componen esta muestra en la que repasamos la trayectoria de los trabajos documentales, bodegones y retratos de Rafael Sanz Lobato donde su fidelidad y respeto a sus principios le hicieron merecedor hace poco más de dos años del Premio Nacional de Fotografía.

José María Díaz-Maroto
Conservador y Comisario de la Colección Alcobendas