Una semana con buena compañía, siete días, siete noches, siete calas, sol incesante, restaurantes imposibles, bares de ensueño, aguas templadas y cristalinas, ritmo lento pero agitado «no se entiende». Lo cierto es que el «tempo» lento es capaz de absorber todas las cosas buenas de la vida, extraerles todo su jugo y ofrecértelas vivas en cada rincón de la isla.
Todas las fotografías de este reportaje fueron tamadas con un Iphone-4, algunas han sido editadas con ayuda de Instagram y en todas estuve en compañía de muy buenos amigos. En cada paso por la isla un recuerdo inevitable a Pedro Giménez La página de Pedro Giménez conocedor de primera de esta bella tierra.
Salida hacia Ibiza.
Mercado de las Dalias