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Una historia posible. Colección de Fotografía Alcobendas

En el Centro Niemeyer, Avilés, nueva itinerancia de la Colección Alcobendas. Desde el 13 de enero hasta el 16 de abril de 2017.
Sobre la Colección de fotografía Alcobendas
En el último cuarto del siglo pasado, más concretamente en el inicio de la década de los ochenta, España comenzaba a experimentar una gran transformación en las relaciones existentes entre arte y sociedad. Este cambio sustancial vino acompañado de la implantación de nuevas prácticas y formas culturales, en muchas ocasiones importadas de sociedades más avanzadas en el ámbito artístico, en cualquiera de sus manifestaciones. El fenómeno de las grandes exposiciones de carácter retrospectivo y/o histórico que itineraban por los museos era la norma más extendida, pero, poco a poco, en la mayoría de los centros de arte se fue instaurando la tendencia de producir y crear sus propias colecciones. Esta nueva realidad motivó el nacimiento del coleccionismo institucional, alimentando de manera sustancial los movimientos de compra que, hasta ese momento, estaban únicamente en manos de galerías, coleccionistas privados y de las incipientes ferias de arte.

Alberto García Alix.El brazo de Ana. 1992 Alberto García Alix

En este contexto socio-cultural, el Ayuntamiento de Alcobendas, con una voluntad política decidida, apostó de forma clara por la fotografía como disciplina creativa emergente aprobando, en 1993, el inicio de una colección que representara con rigor la obra de autores españoles contemporáneos.
Pasados más de veinte años impresiona ver lo mucho y bueno que, bajo un asesoramiento impecable, ha ido creciendo el Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Alcobendas. «Hasta el momento no existe otro caso en toda España de un municipio que haya apostado, que siga apostando de un modo tan nítido, por este ámbito El resultado hoy es una colección de más de 850 obras de 170 creadores, representados por piezas siempre significativas. Tiempo, constancia y seriedad son los garantes para que el esfuerzo, desde un punto de vista económico, cultural y social, tenga sentido. Un ejemplo perfecto a este respecto es la Colección de fotografía Alcobendas que, con equipos diferentes, sorteando problemas presupuestarios y estructurales, y bajo varios gobiernos, hasta el momento actual y de una forma sosegada, se presenta como una de las pocas colecciones exclusivamente dedicadas a esta disciplina artística que ha sabido mantenerse y consolidarse, abriéndose a nuevos planteamientos estéticos, nuevos formatos y soportes, sin olvidar ni devaluar la fotografía tradicional .
A los pocos años de su creación la colección pronto comenzó a viajar por museos e instituciones públicas (Granollers, Valencia, Zaragoza, La Coruña, Roma, Milán) mostrando el potencial creador de la fotografía de nuestro país. En la primavera del año 2007, con la elección de Ignacio García de Vinuesa como Alcalde de Alcobendas, llega un renovado y esperanzador cambio que, no solamente afianza el camino hecho, sino que adquiere el compromiso de potenciar dicha colección aumentando la dotación para futuras adquisiciones, impulsando la itinerancia de sus fondos a nuevas ciudades (Almería, Teruel, Segovia, Castellón, Torrelavega, Orense, Vitoria, Oviedo, Rabat, Sofía, Lima, Barranquilla, Buenos Aires, Asunción, Santiago de Chile), ampliando las actividades en torno a la fotografía con talleres, exposiciones en la ciudad, audiovisuales, Escuela Internacional de Fotografía PIC.A PHOTOESPAÑA y el Premio Internacional de Fotografía Ciudad de Alcobendas que el próximo año celebrará su quinta edición.

Reproducci—n: Antonio Tabernero    antoniotabernero@yahoo.es +34 91 369 21 55Toni Catany

Sobre la exposición Una historia posible. Colección de fotografía Alcobendas

En esta ocasión en el marco del Centro Niemeyer podemos ver una excepcional propuesta alimentada en los fondos de la Colección de fotografía Alcobendas, con una selección de obras de África Guzmán, Ana Teresa Ortega, Julio Álvarez Yagüe, Antonio Bueno, Antonio Tabernero, Vari Caramés, Dionisio González, Carlos Cánovas, Joan Fontcuberta, Almalé/Bondía, Alberto García Alix, Juan Manuel Castro Prieto, Ángel Marcos, Alberto Schommer, Pilar García Merino, Pedro Giménez, Paco Gómez, Pablo Genovés, Luis Vioque, Fernando Manso, Oriol Maspons, Carlos Pérez Siquier, Nicolás Muller, Manuel Sonseca, Ángel Sanz, Valentín Vallhonrat, Oscar Molina, Benito Román, Toni Catany, Ciuco Gutiérrez, Colita, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Daniel Canogar, Evaristo Delgado, Juan Manuel Díaz Burgos, Eduardo Cortils, Manel Esclusa, Fernando Herráez, Gervasio Sánchez, Isabel Flores, Javier Esteban, Javier Valhonrat, Jordi Guillumet, Jorge Ribalta, José María Mellado, Chema Madoz, Manuel Vilariño, Fernando Maquieira, Marisa Flórez, Ouka Leele, Pilar Pequeño, Ricard Terré, Ricky Dávila, Felix Curto, Rosell Meseguer, Javier Campano y Rafael Navarro.

Reproducci—n: Antonio Tabernero antoniotabernero@yahoo.es +34 91 369 21 55Ouka Leele

Una exposición compuesta por una notable representación de lo mejor de la creación fotográfica española contemporánea, pero en esta ocasión con un enfoque universal como escenario creativo, apoyado en el ser humano como contexto sustancial.
Las colecciones públicas están repletas de caminos experimentales, de aciertos y desaciertos, de propuestas variadas y de lenguajes diversos pero esta selección está cimentada en -lo mejor de lo mejor- de la fotografía española. Es una satisfacción realizar esta sólida muestra de la Colección de Fotografía Alcobendas en el Centro Niemeyer.

José María Díaz-Maroto
Comisario y Conservador de la Colección Alcobendas

El cuerpo desvelado. Arte y fotografía en la Colección Alcobendas.

En Burgos, en las salas de «La Casa del Cordón» se realizó una nueva itinerancia de la Colección Alcobendas. Noventa y seis obras pertenecientes a más de setenta autores imprescindibles en la historia de la fotografía española conforman la nueva exposición en Cultural Cordón. Una original visión en torno a la representación del cuerpo que ha permitido reunir los nombres de creadores esenciales en la conformación del imaginario colectivo de nuestro país a partir de los años cuarenta, para concluir con las formas más innovadoras de la fotografía contemporánea española. El cuerpo desvelado, t´tilo de la exposición, se articula alrededor de cinco conceptos estéticos. Cinco puentes que unen autores de muy diferentes orígenes, pero que confluyen sutilmente en la representación de intereses comunes.

El cuerpo desvelado. Arte y fotografía en la Colección Alcobendas
Sobre la Colección de fotografía Alcobendas.
En el último cuarto del siglo pasado, más concretamente en el inicio de la década de los ochenta, España comenzaba a experimentar una gran transformación en las relaciones existentes entre arte y sociedad. Este cambio sustancial vino acompañado de la implantación de nuevas prácticas y formas culturales, en muchas ocasiones importadas de sociedades más avanzadas en el ámbito artístico, en cualquiera de sus manifestaciones. El fenómeno de las grandes exposiciones de carácter retrospectivo y/o histórico que itineraban por los museos era la norma más extendida, pero, poco a poco, en la mayoría de los centros de arte se fue instaurando la tendencia de producir y crear sus propias colecciones. Esta nueva realidad motivó el nacimiento del coleccionismo institucional, alimentando de manera sustancial los movimientos de compra que, hasta ese momento, estaban únicamente en manos de galerías, coleccionistas privados y de las incipientes ferias de arte.

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Juan Manuel Castro Prieto

Pierre Gonnord
Pierre Gonnard

En este contexto socio-cultural, el Ayuntamiento de Alcobendas, con una voluntad política decidida, apostó de forma clara por la fotografía como disciplina creativa emergente aprobando, en 1993, el inicio de una colección que representara con rigor la obra de autores españoles contemporáneos.
Pasados más de veinte años impresiona ver lo mucho y bueno que, bajo un asesoramiento impecable, ha ido creciendo el Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Alcobendas. «Hasta el momento no existe otro caso en toda España de un municipio que haya apostado, que siga apostando de un modo tan nítido, por este ámbito El resultado hoy es una colección de más de 850 obras de 170 creadores, representados por piezas siempre significativas. Tiempo, constancia y seriedad son los garantes para que el esfuerzo, desde un punto de vista económico, cultural y social, tenga sentido. Un ejemplo perfecto a este respecto es la Colección de fotografía Alcobendas que, con equipos diferentes, sorteando problemas presupuestarios y estructurales, y bajo varios gobiernos, hasta el momento actual y de una forma sosegada, se presenta como una de las pocas colecciones exclusivamente dedicadas a esta disciplina artística que ha sabido mantenerse y consolidarse, abriéndose a nuevos planteamientos estéticos, nuevos formatos y soportes, sin olvidar ni devaluar la fotografía tradicional .
A los pocos años de su creación la colección pronto comenzó a viajar por museos e instituciones públicas (Granollers, Valencia, Zaragoza, La Coruña, Roma, Milál) mostrando el potencial creador de la fotografía de nuestro país. En la primavera del año 2007, con la elección de Ignacio García de Vinuesa como Alcalde de Alcobendas, llega un renovado y esperanzador cambio que, no solamente afianza el camino hecho, sino que adquiere el compromiso de potenciar dicha colección aumentando la dotación para futuras adquisiciones, impulsando la itinerancia de sus fondos a nuevas ciudades (Almería, Teruel, Segovia, Castellón, Torrelavega, Orense, Vitoria, Oviedo, Rabat, Sofía, Lima, Barranquilla, Buenos Aires, Asunción, Santiago de Chile), ampliando las actividades en torno a la fotografía con talleres, exposiciones en la ciudad, audiovisuales, Escuela Internacional de Fotografía PIC.A PHOTOESPAÑA y el Premio Internacional de Fotografía Ciudad de Alcobendas que el próximo año celebrará su quinta edición.
Sobre la exposición El cuerpo desvelado. Arte y fotografía en la Colección Alcobendas
El cuerpo no puede considerarse únicamente un espacio físico, es más bien el producto resultante de nuestra historia personal y de nuestro bagaje cultural, es una construcción social. A lo largo de su vida transcribe y nombra los espacios y objetos que se han producido convirtiéndolos en trazos que serán leídos e interpretados por los otros de acuerdo al ideal de cada cultura.
Desde los orígenes de la humanidad el cuerpo se pinta, se embellece, se marca, se perfora, se quema, es decir, no es más que un “campo de batalla” inmerso en un continuo proceso de redefinición y transformación.
Pero de unos años a esta parte, en el ámbito de la fotografía, esa utilización del cuerpo como zona de creación ha ido creciendo, llegando a ser en estos momentos una prioridad en los diferentes mercados de la creación actual. La fuerza simbólica que el cuerpo tiene en el espacio público, es sumamente significativa tanto en términos de apropiación del territorio, como en términos políticos.
Muchos artistas, grupos u organizaciones, recurren al cuerpo para ocupar este espacio, convirtiéndolo en herramienta de trabajo y reflejo de la construcción de sí mismos. El cuerpo situado y relatado desde la propia experiencia construye un poder que se instala en el ámbito universal poniendo en entredicho los discursos más tradicionales.
En esta ocasión en el marco de la Casa del Cordón podemos ver la sorprendente propuesta que Javier Del Campo, comisario de la muestra, ha realizado partiendo de los fondos de la Colección de fotografía Alcobendas, con una selección de obras de Carlos Aires, Pedro Albornoz, Javier Arcenillas, Luis Baylón, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Ricky Dávila, Juan Manuel Díaz Burgos, Pere Formiguera, Antonio González Guirao, Cristóbal Hara, Oriol Maspons, Xavier Miserachs, José Manuel Navia, Gervasio Sánchez, Enrique Algarra, Almalé/Bondía, Manel Esclusa, Paco Gómez, Chema Madoz, Luis Asín, José Ramón Bas, Eduardo Cortils, Alicia Estefanía, Manuel Falces, David Jimenez, Rosell Meseguer, Javier Campano, Francesc Catalá-Roca, José Vicente Cubells, Alberto García Alix, Rosa Muñoz, Marc Roses, Javier Vallhonrat, Daniel Canogar, Javier Esteban, Cristina García Rodero, Pablo Genovés, Alfonso Herráiz, José Mendoza, Pablo Pérez-Minguez, Juan Manuel Castro Prieto, Encarna Marín, Nicolás Muller, Ouka Leele, Leopoldo Pomés, Humberto Rivas, Beatriz Romero, Jorge Rueda, Marta Soul, Rafael Trobat, Enrique Carrazoni, Toni Catany, Alvaro Felgueroso, Esther Ferrer, Benito Román, Pierre Gonnord, Gabriela Grech, Fernando Maquieira, Ángel Marcos, Marta Sentís, Rafael Navarro, Carlos Pérez Siquier, Mónica Roselló, Tomy Ceballos, Alberto Schommer, Colita, Carlos de Andrés, Margarita González, Fernando Herráez, Isabel Muñoz y Juan Salido.
Una exposición en la que podremos ver una interesante y notable representación de lo mejor de la creación fotográfica española contemporánea, pero en esta ocasión con un nuevo enfoque, con “el cuerpo desvelado” como escenario creativo y con el ser humano como contexto sustancial.
Las colecciones públicas están repletas de caminos experimentales, de aciertos y desaciertos, de propuestas variadas y de lenguajes diversos pero esta selección está cimentada en -lo mejor de lo mejor- de la fotografía española. Por último, quisiera mostrar mi agradecimiento a la Fundación Caja de Burgos por producir y promover una muestra tan singular…”

José María Díaz-Maroto
Comisario y Conservador de la Colección Alcobendas

Taller de fotografía en La Habana. «En Cuba con Díaz-Maroto»

En La Habana desde el 20 al 29 de Mayo con sede en el Hotel Sevilla impartí un nuevo taller de fotografía de viajes. La Habana, Cojimar, Pinar del Río, Viñales y Regla fueron los principales escenarios de trabajo. Con la ayuda y la colaboración de Federico Baixeras y Silvia Revuelta, veintitrés alumnos de la Escuela TAI pudieron disfrutar de una experiencia inolvidable, compartir con Roberto Chile (legendario fotógrafo cubano), Nelson Domínguez de Orellano (Director de la Fototeca Nacional de Cuba) y Juan Cruz (fotógrafo).

Selección de fotografías realizadas por los alumnos:
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Selección de textos escritos por dos de los alumnos:

Texto de Isabel P. Garrido
Aún recuerdo aquello que nos dijo José María Díaz-Maroto antes de realizar nuestro viaje: “En Cuba cada día os van a pasar por lo menos 7 cosas diferentes”. Y no podía tener más razón, desde la misma tarde en la que llegamos todo era un ir y venir de situaciones inesperadas y para recordar, cuanto menos.
No sabría como describir el viaje, el lugar, la gente… Todo era color, todo era alegría, daba igual donde estuvieras, porque sólo querías seguir andando, y seguir mirando. Mirando, escuchando, porque hay tantas cosas que me llevo que no he fotografiado, que de hecho, no necesito fotografiar porque hay momentos en los que sacar la cámara es perder el tiempo, y lo único que quería era disfrutar y llenar mis pulmones de aire cubano.
De los talleres que hicimos sin duda me llevo las lecciones, no sólo de fotografía, sino de vida que nos dieron Roberto Chile, Juan Cruz Rodríguez y las artistas de La mochila de Luna.
Me quedo con el nudo en el estómago de sentir que por cada sitio por el que íbamos, ya fuera la Plaza de la Revolución o cualquier calle de la que ya ni me acuerdo de su nombre, fuera como si me encontrara en el rincón más íntimo de la casa de cualquiera de los cubanos con los que pude cruzarme. Me abrieron las puertas de su hogar, de su tierra y de su historia.
Si tuviera que resumir mi experiencia en una frase, diría que La Habana es actitud. Y eso es algo que no se puede comprar y por esa misma razón aunque intentes pasar desapercibido y de puntillas, el lugar jamás pasará desapercibido para ti.
Por último, me gustaría agradecer a Federico Baixeras, Silvia Revuelta, y José María Díaz-Maroto su gran labor en la organización y planificación del viaje, durante el año y hasta el último día. Gracias por vuestra profesionalidad y el trato tan cercano a nosotros tanto para ayudarnos con cualquier problema como para poder disfrutar de una experiencia así todos juntos. Y gracias a mis compañeros de la escuela con los que he vivido este viaje, con los que he podido disfrutar de la fotografía y de experiencia tan enriquecedora a todos los niveles.

Texto de Boris Edrosa González
“Ésta es la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto jamás”. Ésta es la frase que dijo Cristóbal Colón cuando desembarcó en Bariay, en la provincia de Holguín, en el Oriente de Cuba. Creo que muchos de nosotros pensamos lo mismo después de nuestra experiencia. Por mi parte, el paisaje y la arquitectura de este país es impresionante pero donde se encuentra el alma de Cuba es en su gente, una idiosincrasia que ha sido forjada por una historia única y un contexto político-social actual abordado por los contrastes con el resto del mundo.

El mejor día de mi viaje fue perderme por La Habana en busca de la casa donde vivió mi bisabuela y nació mi tío abuelo y, fue ese día, en el que compartí una jornada completa con un habanero cuyo nombre es Mongi Tony, de 57 años. Me llevó por las calles, me presentó a amigos suyos e hizo lo imposible para que no pasase por un yuma (guiri), esto, muchas veces es tan fácil como no llevar una botella grande de agua en la mano, llevar la cámara a la espalda y guapear un poco como un auténtico cubano, junto con estos consejos y acompañado de él, tuve una inmersiva experiencia en la ciudad. Comí en casas, tomé café, bebí ron y caminé por las calles. Por la noche, no pudo faltar una salida nocturna al malecón. Ese tipo de idiosincrasia, la que permite al cubano acercarse y hablar durante todo el día mostrando las cosas que saben, sus tradiciones y el aperturismo que muestran al hablar de todos los temas, es a la que me refiero. Una forma de ser única.

En cuanto a la fotografía, habíamos oído que cada rincón, cada micra de Cuba, puede convertirse en una instantánea y nada más lejos de la realidad. El verdadero reto fotográficamente hablando era intentar sacar una visión muy personal del viaje sin acabar excesivamente en lo tópico. Esta misión para ser nuestro primer viaje al país y nuestra primera experiencia en un lugar tan fuera de nuestra normalidad se convirtió en un reto excepcional, de ahí que nuestro principal guía, José María Díaz-Maroto, nos instó a que disfrutáramos sin más, que viviésemos Cuba en vez de focalizarnos exclusivamente en lo fotográfico ya que llevar la idea de crear un trabajo de pies a cabeza en un registro de tiempo tan corto es extremadamente difícil. Creo que casi todos seguimos esa idea pero aún así he podido ver fotografías de mis compañeros que muestran una gran sensibilidad con lo vivido allí. El cubano, por su forma de ser, se deja fotografiar con facilidad, no ve en las imágenes algo intrusivo como aquí en occidente pero también es orgulloso, nunca vi personas más orgullosas como allí, con lo que siempre había que mantener un respeto y humildad a la hora de la toma.

En definitiva el viaje de una semana a Cuba fue una amalgama de experiencias muy enriquecedoras, conociendo en los talleres a grandes personalidades de la sociedad cubana artística y documental. La visita turística por el centro de La Habana para conocer el contexto de la ciudad me pareció algo necesario para instarnos a conocer más la historia de ese país al igual que la visita a Regla que, tomando un barco que cruza la bahía, fue una experiencia inolvidable y, por supuesto, el viaje a Cojímar, donde uno de los titanes de la literatura estadounidense, Ernest Hemingway, dio fama al lugar a través de sus novelas, que ahora vivirá por siempre, al igual que el sabor de boca que me dejó esta experiencia tan enriquecedora en todos los sentidos.

Como agradecimientos, no puede faltar alabar el trabajo de organización que hicieron José María Díaz-Maroto y Federico Baixeras para llevarnos allí aparte por supuesto del origen primigenio del viaje que comenzó con mi compañera Mónica España-Heredia. También agradecer a Silvia Revuelta Rojas por su trabajo organizativo en cuanto a lo económico. Por supuesto, toda la gente de los talleres que nos ayudaron a entender mejor todo el contexto fotográfico-social y ver la parte artística cubana, rica y extensa merecen una mención especial. Mongy Toni, por enseñarme la parte más visceral de La Habana. A mis compañeros de universidad por todos esos momentos de charla, ron y tabaco. Y por supuesto a mis padres que me pudieron costear el viaje a una tierra en la que parte de mis antepasados vivieron muchos años. Buen viaje.

FOTONOCHE 2016

FOTONOCHE 2016, 1 de julio de 2016.
Fotonoche es una noche de fiesta en el Centro de Arte Alcobendas, una noche donde se combina a la perfección: La buena fotografía – La música y el encanto de una velada festiva.
Disfrutando de las imágenes de importantes fotógrafos españoles -muchos de ellos pertenecientes a la Colección de Fotografía Alcobendas- y también de una selección de trabajos de alumnos de la escuela Internacional de Fotografía PIC.A
Todos de forma totalmente altruista- ceden su trabajo para la proyección de esta velada. Representan una fresca visión de lo que se está haciendo en estos momentos en la fotografía española contemporánea. Se proyectó por orden de aparición y en un primer bloque la obra de Pierre Gonnord, Rafael Navarro, Cecilia Lutufyan, Rita Barrios, Matías Costa, César Pastor, Sergio García y Margarita González. Sin pausa, y en un segundo bloque Irene Grau, Irene Martín, Manuel Zambrana, Valentín Suárez, Ricardo Cases y Alberto García Alix.

Selección y coordinación: José María Díaz-Maroto

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Rafael Navarro

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Rafael Navarro

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Rafael Navarro
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Rita Barrios

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Rita Barrios

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Rita Barrios

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Irene Grau

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Irene Grau

DOCUMENTALISMO Y TRÁNSITO EN LA COLECCIÓN ALCOBENDAS. Fotografía Española Contemporánea.

DOCUMENTALISMO Y TRÁNSITO EN LA COLECCIÓN ALCOBENDAS. Fotografía Española Contemporánea
Nueva itinerancia de la Colección de Fotografía Alcobendas, en esta ocasión en Argentina. En el Centro Cultural de España en Buenos Aires desde el 30 de junio y hasta el 10 de agosto de 2016 se expone la exposición «DOCUMENTALISMO Y TRÁNSITO EN LA COLECCIÓN ALCOBENDAS. Fotografía Española Contemporánea».

El resultado de esta muestra es algo más que una sucesión de imágenes ordenadas con criterios objetivos, dado que al concebir su composición se ha buscado historia, nuevo documentalismo, retrato, humanidad, paisaje, pero sin caer en lo exótico por exótico y en lo lejano únicamente por ser lejano y excepcional. La muestra abarca un amplio espectro con diferentes formas de mirar reunidas ante un mismo hilo conductor, donde la diversidad de las propuestas y los tratamientos finales de las imágenes nos ofrecen múltiples asociaciones estéticas bajo un mismo denominador común: el apasionado documentalismo.

En esta selección de catorce autores está la mejor representación del documentalismo creativo español presente en la Colección Alcobendas. Las obras de José Manuel Navia, Fernando Herráez, Juan Manuel Díaz Burgos, Ricky Dávila, Xurxo Lobato, Luis Baylón, Ángel Sanz, Marina del Mar, Miguel Trillo, Cristóbal Hara, Ramón Masats, Gervasio Sánchez, Virxilio Vieítez y Toni Catany ilustran de manera diversa algunos de los conceptos relacionados con la presencia y el paso del hombre por la sociedad actual.

Este importante proyecto expositivo realizado de forma conjunta entre la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Ayuntamiento de Alcobendas demuestra la importancia que la creación fotográfica tiene en el desarrollo artístico de nuestro tiempo, cargando de sensibilidad y conocimiento las nuevas generaciones.

José María Díaz-Maroto
Conservador y Comisario Colección Alcobendas

Mozambique, Isla de Mozambique. Ciudad colonial "de pedra e cal". Mozambique, Mozambique Island town. Colonial city "of stone and lime".

Mozambique, Isla de Mozambique. Ciudad colonial «de pedra e cal».
Mozambique, Mozambique Island town. Colonial city «of stone and lime».

009 Juan Manuel Diaz Burgos.Sin titulo. La Habana, Cuba, 1996
Juan Manuel Díaz Burgos

021 Luis Baylon. Coso de las ventas. Mayo, 1999
Luís Baylón

025 Angel Sanz. The trump's tower doorkeeper. NYC. 1996
Ángel Sanz

Miguel Trillo. Skater en El Samil. Vigo, 1995. Cibachrome 40x28cm

Miguel Trillo. Skater en El Samil. Vigo, 1995. Cibachrome 40x28cm

038 Cristobal Hara. Motilla del Palancar. Cuenca, 1989
Cristobal Hara

040 Ramon Masats. Rincon. Neutral Corner. 1962
Ramón Masats

050Toni Catany. Norte India.2009
Toni Catany

Alberto García-Alix. París, rien de plus.

Alberto García-Alix. París, rien de plus. En el Bulevar Salvador Allende.
Exposición de 32 obras de Alberto García Alix realizadas en París, entre 2003 y 2006.
En el inicio del año 2003 Alberto abandona Madrid y se instala en París, periodo particularmente intenso, vital, brioso y significativo en su carrera, donde crea su primer video «Mi alma de cazador en juego» encargo de la galerista Chantal Crousel. Durante este periodo de tres años quedan plasmados desenfrenos y bondades, mujeres de un día, recuerdos para siempre y autorretratos dolientes. París queda marcado para siempre en la biografía de Alberto García-Alix: nuevos amigos, espacios, ilusiones y pasiones, pero además, es en París donde de una manera firme y perseverante integra en sus contenidos biográficos el interés perturbador por el paisaje urbano, callejero, turbio y oscuro, alterna la forma de mirar, sustituye la serenidad que permite el manejo del formato medio 6×6 con la espontaneidad gestual que ofrece el tradicional 35 mm.

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Una selección de este trabajo compone la muestra Alberto García-Alix. París, rien de plus. París nada más… conforma un recorrido por la ciudad en la que posiblemente el fotógrafo haya vivido los momentos más duros de su camino.
Alberto García-Alix (Leon, 1956) es considerado uno los autores más importantes de la fotografía europea contemporánea. Su obra, cargada de intensidad y de profunda poesía, huye de censuras culturales y morales, lo que le lleva a construir universos perturbadores. Sus primeras fotografías abordaban la rebeldía que impregnaba el Madrid de los ochenta, desde un lado particular, el del cronista que es convierte en actor.

José María Díaz-Maroto
Marzo 2016

Pierre Gonnord. Retratista. Pierre Gonnord», Premio Internacional de Fotografía Alcobendas en su cuarta edición.

Pierre Gonnord». Premio Internacional de Fotografía Alcobendas en su cuarta edición.
Exposición realizada en el Centro de Arte Alcobendas desde mayo a septiembre de 2016.

FRIEDRICH 2010

HATTIE 2012

PIERRE GONNORD. RETRATISTA.
El retrato es uno de los géneros universales de la fotografía y, aunque las primeras imágenes que vieron la luz de mano de Daguerre eran arquitectónicas, fue el retrato el que estableció y solidificó el nuevo proceder de captar imágenes de la realidad. El retrato fotográfico, aunque apoyado en el retrato pictórico, tuvo sobre éste el valor de su infinita reproducibilidad, la inmediatez de su presentación y una mayor honestidad de lo que se entendía como «real, aunque, al mismo tiempo, negaba el atributo de obra única que, hasta entonces, caracterizaba como valor universal a las obras pictóricas y que las dotaba del prestigio que se derivaba de la autoría – mayor cuanto más grande fuese la popularidad del artista-, de la exuberancia infinita del color, y de los materiales nobles con los que la obra estaba realizada – entre ellos el embellecimiento con pomposos y elaborados marcos-.

Todo esto ponía en duda la capacidad de la fotografía para lograr éxitos en la lucha y posicionarse como la manera suprema de representación, pero el paso del tiempo es inapelable, y a pesar de sus detractores y las afirmaciones descalificatorias, no tardó en producirse lo irremediable, convirtiéndose el retrato fotográfico en pocos años en la forma de representar con fidelidad al ser humano. En el retrato pictórico la tarea del autor no era únicamente reproducir de forma fiel la fisonomía, ya que en muchos casos el retratado, generalmente noble y siempre adinerado, además de ser el que encargaba su propio retrato exigía al artista que mostrase su mundo interior y su personalidad.

La obra de Pierre Gonnord desde hace casi tres décadas, cumple con impecable precisión los parámetros del retratista tradicional, huyendo de parafernalias, aderezos y ornamentos banales, sin distorsiones ni antes, durante o después de la toma. Su selección se limita con frecuencia al rostro buscando la fuerza, dureza y sinceridad de la mirada, obteniendo connotaciones profundas, mostrando el carácter de la persona de forma cautivadora. En sus imágenes todo importa, incluso los fondos, siempre neutros y ligeramente desenfocados para evitar la confusión y acentuar el protagonismo del sujeto, consiguiendo la perfección fotográfica de la alta calidad en su resultado. Ante la coherencia continua en el discurso de sus obras entendemos la contundencia del título de la exposición “Pierre Gonnord. Retratista”, que nos recuerda continuamente la pureza de las palabras de Cartier-Bresson al definir el retrato…. «El verdadero retrato no pone énfasis ni en lo refinado ni en lo grotesco, sino que intenta reflejar la personalidad del retratado».

Nada es casual en sus obras, escuchar, comprender y convivir con los personajes retratados es primordial, a veces incluso más importante que la propia sesión fotográfica. Semanas o meses de convivencia dan lugar al conocimiento verdadero de lo que pretende captar, de la esencia vital de la mirada… mineros, gitanos, indigentes, agricultores o monjes cartujos, comunidades todas ellas marcadas por alguna marginalidad externa palpable y algunas con posibilidades de desaparecer, pero con un sentido de identidad muy marcado por la región donde se establecen, por la religión que profesan o por la identidad de su profesión. Un ejemplo claro son los mineros seleccionados en esta muestra y en la obra audiovisual, relegados sin motivos a la marginación, aunque como afirma Pierre Gonnord «¡Cuidado! es más marginal hoy en día para nosotros un ejecutivo que va a estar en paro que un gitano, es una persona que de repente va a ser rechazada por la sociedad, es alguien que anda en el mismo sentido que el rebaño».

La entereza, tesón y fidelidad espiritual de Pierre Gonnord a lo largo de su dilatada carrera se ha desarrollado con una intensa y persistente sensibilidad, fiel a sus principios, sin variar un ápice sus pasiones creativas, capaz de trabajar con los mismos patrones desde hace décadas y consiguiendo generar lo que persigue: rostros naturales, sin aditivos como los que se pueden ver en la muestra “Pierre Gonnord. Retratista”, en la que nos encontramos con una ordenada selección de imágenes de los trabajos Realidades, Regards y Terre de Personne. Una exposición, estoica y serena en la que se confirma de nuevo la pasión de Pierre por la pintura clásica pudiéndosele atribuir el vocablo baudelariano de “pintor de la vida moderna” , ya que fabrica y prepara las fuentes luminosas para obtener de ellas color, profundidad y enfoque extremo.
Por todas estas cualidades y su larga trayectoria en el ámbito de la fotografía, el pasado año el jurado decidió por unanimidad otorgar el Premio Internacional de Fotografía Ciudad de Alcobendas a Pierre Gonnord. Este importante galardón reconoce la labor del autor en el ámbito general de la fotografía, tomándose como referencia y reconocimiento los trabajos realizados en los últimos años así como la valoración general a la notabilidad de su trayectoria profesional. El trabajo del galardonado debe estimular la reflexión sobre las diversas y apasionantes vertientes de la fotografía universal en cualquiera de sus especialidades valorando de manera prioritaria las acciones, publicaciones y demás proyectos que dignifiquen los valores humanos.
Hasta el momento actual se han realizado tres ediciones siendo los premiados anteriores el fotógrafo americano Alex Webb, la fotógrafa española Cristina García Rodero y el fotógrafo americano Philip Lorca DiCorcia. De todos ellos, y como resultado y complemento del Premio surge una exposición, que en el caso del actual galardonado, Pierre Gonnord, estará compuesta por una veintena de obras y la proyección de un audiovisual inédito sobre los mineros asturianos y leoneses.

José María Díaz-Maroto
Conservador de la Colección Alcobendas
Abril 2016

La fotografía ha muerto. Colección de fotografía Alcobendas. Centro Huarte, Navarra.

LA FOTOGRAFÍA HA MUERTO. COLECCIÓN DE FOTOGRAFÍA ALCOBENDAS.
A lo largo de los casi dos siglos desde la invención de la fotografía la investigación sobre el control y manipulación de la luz no ha cesado, el estudio y desarrollo de la escritura con luminosidad sigue siendo el aliento de creadores en cualquiera de las latitudes de nuestro planeta. En este momento, en el que estamos viviendo una expansión digital todo sigue un mismo proceso, explorar, descubrir y perfeccionar, en definitiva, construir. Es evidente que, la creación fotográfica actual no solo tiene un registro visual y una manera de representación, la innovación e investigación han ido paralelas al normal desarrollo del testimonio fotográfico y nos ofrecen múltiples caminos hacia los que dirigir nuestro potencial creativo, llevándonos incluso a diluir o romper los límites que separan la fotografía de otras expresiones artísticas como la pintura, el grabado, etc. Desde los primeros fotogramas atribuidos a Man Ray, hasta la delirante actualidad de la creación de obras sin escenario y sin una realidad tangible se nos presenta un amplio abanico de maneras heterogéneas de trabajar, de recursos atractivos y novedosos que nos acercan a la fotografía, pero que finalmente nos llevan a la conclusión –acertada- de que la primitiva concepción de la realidad/verdad de la fotografía hace tiempo que ha muerto.
La fotografía ha muerto. Colección de fotografía Alcobendas.

*temp*
José Manuel Ballester

GARRIDO, AMPARO_S_T. Nº 11. SERIE PERROS. 1998_100 X 100 cm 457
Amparo Garrido

Haciendo una revisión del contenido y continente de esta exposición nos encontramos con interminables perspectivas de representación fotográfica carentes -en su totalidad- de tradición y rutina fotográfica. Desde la técnica del fotograma, personalizada por Tomy Ceballos, Joan Fontcuberta, Julio Álvarez Yagüe, Eduardo Cortils y Antonio Tabernero a la palpitante escenografía de Pilar García Merino, Rosa Muñoz, Jorge Rivalta, Javier Vallhonrat, Ciuco Gutierrez, Luis Castelo y Ouka Leele, o la alterada innovación en el uso del cuerpo como objeto y modelo a través de las obras de Amparo Garrido, Fernando Maquieira, Jesús Micó y Rafael Navarro.
Sin dejar de lado la ironía, provocación e insólita realidad de las piezas de Chema Madoz, Joan Fontcuberta, Mario de Ayguavives, Esther Ferrer, Eduard Ibáñez, Alfonso Herráiz, Dionisio González, Concha Prada o Jorge Rueda, los destellos lumínicos de Daniel Canogar o la universalidad del paisaje como modo de expresión, representado en las sólidas y arriesgadas piezas de Almalé/Bondía, José Manuel Ballester, Bleda y Rosa, Manel Esclusa, Jorge Fuembuena e Irene Grau.
Finaliza este recorrido con una serie de obras que nos llevan a mundos de ensoñación, que nos arrastran a formas y texturas de otros tiempos a través de la utilización de métodos artesanales personificados por autores como Toni Catany, Alicia Estefanía, Javier Esteban, Pep Durán o Manuel Falces.
Por tanto, esta nueva exposición en el Centro de Arte Contemporáneo Huarte cumple con una de las premisas constitucionales de la Colección de fotografía Alcobendas, mostrar lo supremo de la creación española contemporánea, representado, en esta selección, mediante propuestas variadas y lenguajes diversos que han discurrido por caminos experimentales pero siempre con mucho acierto.

José María Díaz-Maroto
Marzo 2016

MAQUIEIRA, FERNANDO_IGOR. INSTITUT ROYAL DES SCIENCES NATURELLES DE BELGIQUE.  2006. SERIE ÁNIMA_1484 x 108 cm 1035
Fernando Maquieira

La emoción de la luz. Colección de fotografía Alcobendas. Ciudadela, Pamplona.

El resultado de esta exposición, La emoción de la Luz. Colección de fotografía Alcobendas, es algo más que una sucesión de imágenes bien ordenadas con criterios objetivos: al concebir su composición se ha seleccionado historia, nuevo documentalismo, retrato, humanidad, paisaje, arquitectura, pero sin caer en lo exótico por exótico y en lo extravagante únicamente por ser extravagante y sorprendente. La muestra abarca un amplio espectro con diferentes formas de mirar unidas por un mismo hilo conductor, donde la diversidad de las propuestas y los tratamientos finales de las imágenes nos ofrecen múltiples asociaciones estéticas bajo un mismo denominador común: la emoción de la luz.

546LUNWERG-   8'
Juan Manuel Castro Prieto

En esta selección de cincuenta y ocho autores está la mejor representación de la creación fotográfica actual presente en nuestra Colección. Las obras de Carlos Cánovas, Koldo Chamorro, Javier Arcenillas, Susi Arta, Luis Baylón, Javier Campano, Juan Manuel Castro Prieto, Francesc Català-Roca, Toni Catany, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Félix Curto, Ricky Dávila, Evaristo Delgado, Juan Manuel Díaz Burgos, Eva dos Santos, Álvaro Felgueroso, Marisa Florez, Joan Fontcuberta, Eugeni Forcano, Ferrán Freixa, Alfonso Garcés, Alberto García Alix, Cristina García Rodero, Benito Román, Paco Gómez, Pierre Gonnord, José Guerrero, Cristóbal Hara, Frank Horvat, Manolo Laguillo, Fernando Manso, Fernando Maquieira, Ramón Masats, Oriol Maspons, José María Mellado, Xavier Miserachs, Oscar Molina, J.A.M Montoya, Nicolás Muller, Isabel Muñoz, Rafael Navarro, Aitor Ortiz, Pilar Pequeño, Pablo Pérez Mínguez, Bernard Plossu, Leopoldo Pomés, Humberto Rivas, Juan Rodríguez, Unai San Martín, Gervasio Sánchez, Rafael Sanz Lobato, Alberto Schommer, Ferdinando Scianna, Manuel Sonseca, Ricard Terré, Virxilio Viéitez y Luis Vioque ilustran de maneras heterogéneas algunos de los conceptos relacionados con la presencia y el sendero plástico del ser humano en la sociedad actual.

José María Díaz-Maroto

GONNORD, PIERRE_BERNARDO. 2006_165 X 125 cm 902
Pierre Gonnord
MULLER, NICOLAS_DESNUDO Y PERRO. TANGER, MARRUECOS . 1940_50 X 60 cm 916
Nicolás Muller

Diego Ortiz

Diego Ortiz
Texto incluido en la revista LA FOTOGRAFÍA en el nº 87, oct-nov de 2001

ALEGRÍA DE VIVIR. JOSÉ MARÍA DÍAZ-MAROTO

Realizar un cierto tipo de fotografías requiere la necesidad de moverse, de viajar en busca de situaciones o personas, una cualidad que diferencia claramente esta disciplina de otras artes plásticas. Desde el momento mismo de su nacimiento hay fotógrafos que han sentido esa necesidad de viajar con su cámara a cuestas – y no olvidemos que al principio era necesario un carromato entero- para traerse todo aquello “digno de ser fotografiado”: monumentos, paisajes, personajes típicos o trajes regionales. Hace años, en el Museo de Antropología de Madrid tuvimos la oportunidad de ver una exposición retrospectiva de uno de los fotógrafos más clásicos en este sentido, Nicolás Muller, cuyo trabajo, como el de muchos otros de mediados del siglo XX, se encuentra a caballo entre la experimentación estética, el vouyerismo aventurero y la documentación a secas. Con Cartier-Bresson llegamos al momento en el que se sientan las bases más estrictas de cómo se debe hacer una fotografía cuando uno viaja. Sus criterios, en gran medida tácitos e intuitivos, fueron inmediatamente deificados por miles de incondicionales, capaces de definir casi explícitamente lo que es una buena o mala fotografía en función del método casi más que del resultado. Hoy día, han aparecido posiciones que se han ido haciendo hueco entre la ortodoxia fotográfica y planteamientos más personales. Para muchos fotógrafos el hecho de viajar, aunque sea solamente un fin de semana a casa de un conocido, supone la suficiente dosis de relajo como para despertar los sentidos y ponerse a buscar imágenes en cualquier rincón o en cualquier gesto. Fotógrafos como Bernard Plossu han dado repetidas muestras de esta tendencia a fotografiar sólo-con-la-excusa-de-salir-a-dar-una-vuelta.

José María Díaz-Maroto hace de la experiencia de viajar una prolongación de su propio carácter, abierto y expansivo. Siempre manteniendo su visión peculiarísima e íntima de las personas y las situaciones, huye de los muchos planteamientos rancios y maniqueos comunes en la fotografía de reportaje para extraer en cada momento su visión estrictamente personal. Su trabajo parte de una observación tan rápida como minuciosa de los lugares a los que llega con una pequeña cámara de 35 mm. al hombro. Inmediatamente, casi sin reflexión consciente, pero ya con la idea clara de lo que se persigue y se puede obtener, comienza a disparar, convencido de que no hay reglas que necesariamente indiquen lo que está bien o lo que está mal: viajar (darse un paseo con la cámara al hombro) no se puede convertir nunca en un límite que nos dicte lo que se puede o no se puede fotografiar, debe ser un acto casi espontáneo, semiinconsciente. Las imágenes que obtiene no son desde luego arquetipo del reportaje informativo, no se limitan solamente a mostrar elementos o personas. Más bien mantiene el equilibrio entre la insinuación y la forma, con grandes dosis de misterio encerrado entre las miradas, las actitudes o el entorno físico habitual de las personas fotografiadas.

Las fotografías que acompañan a este artículo aportan además una novedad casi radical en lo que se refiere a este género, ya que son acompañadas de poemas escritos por su gran amigo y músico Enrique Heredia (fundador del grupo “La Barbería del Sur”). José María Díaz-Maroto apuesta por una presentación que aporta dos nuevos puntos de reflexión. Por una parte, el tamaño (mínimo) y por otro la de compartir cartel, una apuesta estética e innovadora, para que la imagen adquiera un carácter sólido no sólo desde el punto de vista físico, sino desde la propia percepción de la obra, a la que se dota de una idea de conjunto, cuidadosamente envueltas entre cartulinas y guardadas en una única caja. Díaz-Maroto agrupa sensaciones visuales que por motivos personales e intuitivos, ha juzgado dignas de pertenecer a la serie “Alegría de Vivir”. Es entre las manos del observador donde el trabajo adquiere todo su significado, presentándose al margen de estilos o modas, guiado únicamente por un refinado gusto…. Por la vida.

Diego Ortiz, 1994